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Flores para Todos Los Santos

"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte".

San Juan Pablo II

Hoy celebramos el día de todos los Santos, toda una tradición de recuerdo de aquellos que pueblan el cielo, visitas al cementerio para llevar flores a nuestros difuntos y unión familiar.

Pero ¿Cuál es el origen de esta fiesta? Muchas veces celebramos tradiciones ignorando su raíz, se procedencia, y casi siempre, cuando la conocemos, celebramos ese día con más sentido y devoción.



Festejamos cada 1 de noviembre esta tradición de honor a todos los santos, conocidos y no conocidos, junto con el paso de nuestros difuntos al purgatorio, esperando su llegada al cielo. Esta fecha coincide con el primer domingo de Pentecostés de la Iglesia ortodoxa y las católicas de rito Bizantino.


Desde los inicios de cristianismo, la Iglesia primitiva celebra el aniversario de cada mártir en su día de gloria y paso de este mundo al Padre. En ocasiones eran martirios en grupo y se celebraban juntos ese mismo día.


Sucedió que, durante la gran persecución de Diocleciano, la mas sangrienta durante el imperio romano, perecieron mártires tal cantidad de cristianos que era necesario señalar un día común para todos ellos. La ferocidad de la tetrarquía de Diocleciano, Maximiano, los Césares Galerio y Constancio dejaba miles de mártires a golpe de edicto, aboliendo todos los derechos de los cristianos, obligándolos a cumplir con las practicas religiosas tradicionales. Con la llegada del Edicto de Milán (313) a manos de Constantino, convertido tras soñar con la cruz y venciendo en batalla con ella como estandarte, se puso a fin a la persecución.

Se extendieron misas en honor de todos los santos que habían perdido la vida, defendiendo el cristianismo, creándose toda una tradición en honor a estos mártires. Fue el Papa Gregorio IV, quien finalmente marco este día en el calendario para conmemorar a todos aquellos santos mártires, conocidos y desconocidos, en ocasiones niños y familias enteras.


En España celebramos este día con gran devoción en todas las Comunidades Autónomas, recordando este año con especial cariño a todas aquellas personas que perdimos durante la pandemia, y que no pudimos acompañar el año pasado. Los cementerios se llenan de flores y ofrendas en honor de nuestros difuntos, a quienes honramos y recordamos, embelleciendo sus lugares de reposo, extiendo el aroma floral por esos campos santos que se une a las oraciones que les dedicamos.

Una de las flores mas habituales de este día son los crisantemos, de origen asiático, que florece en su máximo esplendor durante el otoño. La encontramos en una gran variedad de formas y colores, simbolizando la eternidad y el respeto. Todo ello la convierte en la favorita y mas idónea para honrar a nuestros santos.

Otra variedad que brilla con luz propia, que ya os había comentado por Instagram, es la Cempasúchil, aquí llamada clavel moro o Tagete. En la cultura mexicana, sus propiedades y su llamativo olor, ayudan a guiar las almas de los difuntos. Además, su color brillante resalta allí donde la pongas.

Del clavel moro al clavel tradicional, nuestro protagonista autóctono, en color rojo, simboliza la admiración por nuestros seres queridos y su recuerdo. Nuestros cementerios se llenan de claveles rojos buscando honrar así a nuestros difuntos, una flor típica pero muy querida.


El símbolo del amor eterno, las rosas, no pueden faltar en un día como hoy, floreciendo en todas las temporadas, en una amplia gama de colores, cada una con una simbología diferente.

Para los más nostálgicos el gladiolo es una buena elección, símbolo de la ausencia y la tristeza por el ser querido. Sus flores se abren en una larga vara, con pétalos degradados de colores, con la capacidad de florecer todo el año. Pueden alcanzar una altura de más de dos metros y sus variedades se extienden por todos los continentes.


Sin embargo, si quieres celebrar este día con alegría y felicidad, la variedad ganadora son las, margaritas, silvestres, sencillas, nos ayudan a recordar a esas personas con alegría, priorizando los recuerdos alegres y sus sonrisas.

Por último, para aquellos que huyen de las flores, hay una opción duradera y de temporada, que crece en diferentes colores y que soporta bien el frio. Se trata del brezo, una planta de tipo arbusto que se puede combinar en diferentes tonos, y nos garantiza que nuestro difunto estará acompañado dignamente unos meses.

Con todas estas variedades de temporada podréis dar rienda suelta a vuestra creatividad y buscar centros formados por diferentes variedades, incluyendo los Lilium, las calas o la paniculada, que siempre acompaña y aporta luz a cualquier composición.


Os deseo un día de todos los santos lleno de Margaritas y alegría por los que ya no están, cuyo recuerdo nos guía y nos invita a sacar la mejor versión de nosotros mismos.


Por mis abuelos, mi tía Tere, mi padrino, y, sobre todo, por mi padre.


Nunca muere lo que no se olvida.


Marta López Albero



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